Manual de Formación Para Monaguillos o pequeños Ministros del altar
Quien desee servir al Señor ejerciendo el servicio
de monaguillo, debe tener en cuenta que se le ha dado un privilegio divino por
encima de todos los honores terrenales, al permitírsele dentro de la Iglesia, servir en el Santo Sacrificio de la Misa.
En épocas anteriores, sólo los acólitos ordenados,
es decir, los clérigos de la cuarta orden menor candidatos al sacerdocio,
se les permitía servir en la Santa Misa. Hoy, cuando el número de clérigos
en menor, la costumbre ha tolerado laicos especialmente seleccionadas
para sustituirle de manera extraordinaria en sus funciones.
Como monaguillo, debe reflejar la misma actitud que
el sacerdote en la celebración de la Santa Misa. Específicamente, debe
realizar en la liturgia funciones "digne, attente, devote", es decir
dignamente, atentamente, y devotamente, con el cuerpo, la mente y el
corazón.
Sus deberes sagrados requieren de la mayor reverencia en el santuario, la
más profunda atención a sus deberes, y la preparación más celosa en todas
sus acciones litúrgicas.
Siempre debéis realizar dignamente en su
ministerio, en una posición que ni siquiera los ángeles del cielo pueden
aspirar. Tienes que tener en cuenta que cuando sirves con cuidado y
devoción, se edifican los fieles, que te miran como un ejemplo para la
correcta disposición de asistir a la Santa Misa. Sin embargo, debes
realizar tus funciones con diligencia, y cuidado, el descuido y
la falta de atención, degrada "lo más hermoso de este lado
del cielo, "la adoración al Dios Todopoderoso en el Santo Sacrificio
de la Misa"
En los alrededores de la iglesia, en la sacristía,
y en especial en torno a la altar, se debe demostrar con su conducta la
santidad de los deberes que está realizando. Incluso en su limpieza
exterior se debe reflejar su pureza interior y los sentimientos del
corazón. Usted debe, por supuesto, evitar cualquier
frivolidad, irreverencia y conversaciones ante la presencia de Nuestro
Señor en el Santísimo Sacramento. Antes de la misa, cuando se esté
esperando la procesión al altar, usted debe preparar su mente y corazón
para los deberes sagrados contemplando el misterio al que estás
a punto de entrar.
En el altar sus movimientos deben ser majestuosos, suaves y dignos, sin
precipitaciones que afecten la armonía y el buen gusto.
Las vestimentas que usan los monaguillos son la sotana y la sobrepelliz,
vestiduras propiamente clericales, pero que por
excepción aquellos laicos cuidadosamente seleccionados
para ayudar en el altar se les ha permitido llevar por una sana costumbre.
El Monaguillo debe ser una persona de oración, por ello antes de centrar su
atención y de prestar sus servicios en los sagrados misterios, debe rezar las
oraciones al irse poniendo las vestiduras
Devotos servidores del altar han sido la causa de
conversiones a la fe. Por otro lado, ministros descuidados han sido la
causa de que muchas almas hayan abandonado fe, por ello que en
todo momento te esfuerces por comportarte dignamente, con atención
y devoción en cada una de tus acciones y tu ejemplo en el altar
atraiga para gloria de Dios a muchas almas a la única Iglesia
verdadera.
Esta es la preocupación de la Escuela de
Monaguillos. En ella se fomentará el crecimiento del monaguillo, en su relación
consigo mismo, con quienes lo rodean, con la sociedad y con Dios. Y una de las
áreas de crecimiento en las que se hace un especial énfasis al igual que las
demás áreas durante la formación es la dimensión cristiana que pretende
integrar tanto el aspecto doctrinal como el espiritual, por lo que el
coordinador, los padres de familia y el Párroco son elementos importantes para
el desarrollo tanto espiritual como intelectual en el ser cristiano del
monaguillo.
El nombramiento de coordinador del Grupo de
Monaguillos, trae consigo la responsabilidad de una preparación continua y un
crecimiento personal tal, que provea al grupo con la mejor preparación
posible.
Esto implica desde situaciones básicas como llevar una vida de acuerdo a las
enseñanzas de la Iglesia, hasta una constante preparación en las mismas áreas
de formación de los monaguillos, además es muy importante que cada sesión se
prepare previamente, donde pueda considerar el material suficiente y pueda
clarificar sus dudas correspondientes al tema que desarrollará o si cree
oportuno invitar a un especialista en el tema. Cada integrante de la escuela
deberá esforzarse continuamente para demostrar que está lo suficientemente
preparado para avanzar al siguiente nivel comprometiéndose con sus tareas y
además el conocimiento de citas bíblicas que le servirán en su caminar
cristiano que debe estar acompañado de una oración continua e íntima con Jesús
Maestro Hermano y Amigo.
Habrá un proceso de evaluación al final de cada ciclo, en donde el coordinador,
junto con el Rector, decidirán quienes son dignos de recibir su nuevo
nombramiento.
Objetivo general
El monaguillo recibirá
una formación integral basada en cuatro dimensiones: la Espiritual,
Formativa, Apostólica y Vocacional. Con el Objetivo de que conozcan
los principios básicos de la liturgia mediante exposiciones, prácticas y dinámicas
que los capaciten para poder servir a piadosamente a Jesús Sacramentado en el
altar. Igualmente que el monaguillo crezca espiritualmente con
el propósito de convertirse en un Cristiano ejemplar, así mismo que
este dispuesto a predicar con su ejemplo y catequesis a su prójimo y
por ultimo discernir una posible vocación sacerdotal o Religiosa
Objetivo particular de cada dimensión
Dimensión Espiritual: Que el monaguillo tenga una profunda y cimentada experiencia
interior, mediante un "Plan de vida Espiritual" que le ayude a
forjarse como Cristiano ejemplar, excelente hijo, amigo y ser humano.
Dimensión Intelectual: Que el monaguillo sea formado doctrinalmente así como en las
principales normas litúrgicas, los ritos, las vestiduras y vasos
sagrados, para así poder servir digna y correctamente
a Jesús Sacramentado en el Altar
Dimensión Apostólica: Que los monaguillos sean capaces de comunicar
a su familia, amigos y prójimo las principales verdades de Fe, con su
propio ejemplo, la catequesis y la misión evangelizadora.
Dimensión Vocacional: Que el monaguillo se pregunte por su propia vocación, para poder
descubrir si el Señor lo esta llamando a la vida sacerdotal o religiosa, o a
una particular forma de servirle en la Iglesia.